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Zelaya sisters outside home

Conoce a la hermanas Zelaya

Donde los Antojos se Hacen Realidad

Cuatro hermanas. Un mismo sueño. Y una comunidad entera que las ha visto crecer. Isis, Carmen, Belkis y Arely Castro Zelaya, mejor conocidas como las hermanas de Catrachilandia. Han construido mucho más que un food truck. Han creado un pedacito de Honduras en Carolina del Norte: un lugar donde los sabores catrachos saben a hogar y donde los sueños, igual que en Disneylandia, se hacen realidad.

Hace siete años, las hermanas comenzaron vendiendo comida desde su apartamento. Con miedo, con sacrificio, con jornadas interminables… pero también con la convicción de que podían lograr algo grande. Isis recuerda esos inicios con claridad, “Queríamos crecer, atraer más clientes. Nuestro sueño siempre ha sido un restaurante. El food truck es solo el comienzo.” Y así nació Catrachilandia: “Donde tus antojos se hacen realidad.”

Hoy sirven entre 200 y 300 clientes al día, a veces quedándose sin comida desde temprano por la demanda. Como muchos emprendedores, tenían una meta, pero les faltaba algo fundamental, apoyo. Ese apoyo lo encontraron en la Cooperativa Latina. Isis lo dice sin dudar “Yo estoy con la cooperativa desde hace 25 años. Ha sido lo mejor que pude haber hecho. Ahí aprendí mucho. Siempre nos reciben como familia.”

Cuando llegó el momento de dar el salto del hogar al food truck, ellas no tenían casi nada. Pero la cooperativa sí tenía algo para ofrecerles: una oportunidad. Con orientación, paciencia y la ayuda de Nelly y del equipo de Raleigh, lograron financiar el food truck, comprar una casa, adquirir una van y empezar a construir el futuro que soñaban. Arely lo resume así “Tenía un sueño, y encontramos apoyo. El apoyo que nos faltaba.” food truck, buy a home, acquire a van, and start building the future they dreamed of. Arely summarizes it perfectly, “We had a dream, and we found support. The support we were missing.”

Las hermanas han visto crecer a la cooperativa desde su primera pequeña oficina en Durham. Y, al igual que ellas, también la cooperativa ha evolucionado con esfuerzo, comunidad y orgullo. Para las hermanas, su éxito es también un homenaje a Honduras, a su ciudad de Comayagua, y sobre todo a sus padres, Doña Rosa y Don Víctor, quienes continúan trabajando y apoyándolas desde su país. “No nos alcanza la vida para agradecerles por enseñarnos a trabajar.”

Cada plato lleva ese orgullo. Cada cliente, ese cariño. Cada meta cumplida, ese sacrificio que aprendieron de niñas. Hoy, su siguiente meta es clara, abrir un restaurante. Y, como desde hace 25 años, cuentan con la cooperativa a su lado. “Con la Cooperativa Latina siempre hemos tenido apoyo. Siempre.” Las hermanas Zelaya quieren que cualquier persona que sueñe con emprender entienda algo fundamental, preguntar no da miedo; quedarse sin información sí. Y sobre todo “Si tienen un sueño, no se queden solo con el sueño. Luchen por hacerlo realidad.”