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members Alvaro and family inside their home

Conoce a Alvaro

Una familia que construye sueños, una comunidad que crece unida

Álvaro traía consigo el mismo sueño que comparten tantas familias latinas: trabajar duro, construir un mejor futuro y devolverle a la comunidad que lo recibió. Pero los primeros pasos no fueron fáciles. Las puertas de los grandes bancos estaban cerradas. Sin crédito ni historial en este país, parecía que no había camino hacia adelante. 

Todo cambió el día en que Álvaro descubrió a la Cooperativa Latina.“Abrí mi cuenta con 500 dólares, y desde ahí empecé a hacer mi crédito”recuerda. Lo que comenzó como una simple oportunidad de cambiar un cheque, se convirtió en la base de una vida estable y en crecimiento. Poco después, con su esposa América encontraron en LCCU no solo servicios financieros, sino un aliado que creyó en su potencial cuando nadie más lo hacía. Con el apoyo de la cooperativa lograron lo que antes parecía imposible: comprar su primera casa, a pesar de haber sido rechazados por bancos tradicionales. Desde esa base, Álvaro y América construyeron negocios que hoy emplean a casi 50 personas. America Drywall and Painting y Emmanuel Construction House son más que compañías: son motores de oportunidad. A través de su trabajo, generan empleos, apoyan a organizaciones locales y a su iglesia, y contribuyen a la vida económica de su comunidad.

Para Álvaro, esto es lo que significa ser parte de la historia latina en Estados Unidos. “Nosotros los latinos venimos aquí a trabajar, a construir algo mejor para nuestras familias, y a hacer cosas positivas. Queremos ser contribuyentes, no solo para nosotros, sino también para la sociedad. Como empleadores, ayudamos a construir nuestras comunidades.”Su orgullo no se mide solo en números, sino en cómo han levantado su vida: con honestidad, integridad y fe. Pagan sus impuestos, enseñan a sus hijos el valor del ahorro y les recuerdan que el dinero no es para malgastarlo, sino para construir algo duradero. 

Hoy, más de dos décadas después, Álvaro sueña con el retiro y con disfrutar de todo lo que él y América han trabajado tan duro para construir. Pero su historia es mucho más que un éxito personal. Es un recordatorio de que cuando la confianza, la oportunidad y la determinación se encuentran, las familias prosperan, las comunidades se fortalecen y los sueños que parecían imposibles se hacen realidad. Para Álvaro y América, LCCU no es solo su cooperativa, es su familia. Cuando entro a la sucursal, siento que es como mi casa”,dice Álvaro con una sonrisa. Y como la familia, su recorrido nos inspira a todos a creer en el poder de las personas ayudándose unas a otras.