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Member Alberto and wife in their restaurant

Conoce a Alberto

Sabor y un legado familiar

Cuando Alberto y su familia llegaron a Estados Unidos en 2001. Recién instalados, un amigo cercano les habló de un lugar donde podían encontrar apoyo real, transparente y en su idioma: la Cooperativa Latina. Siguiendo esa recomendación, se hicieron socios apenas seis meses después de llegar al país. “Fue fácil, fue honesto… y desde el primer día sentí que estaba en el lugar correcto”, recuerda Alberto.

Desde entonces, por más de dos décadas, la cooperativa ha sido parte esencial de su camino. Con una sonrisa, cuenta cómo LCCU le abrió puertas que en otros lugares parecían imposibles: sus primeras tarjetas de crédito, préstamos, la compra de sus carros, y sobre todo, la confianza que nunca le negaron. “Nunca tuvimos problemas. Siempre atentos a nuestras necesidades. Estoy conforme, muy conforme.”

El sueño de tener un negocio propio no nació de la noche a la mañana. Abby’s Empanadas lleva el nombre de su hija mayor, Abigail, y comenzó como muchos sueños en nuestra comunidad: desde casa, con esfuerzo, perseverancia y mucha fe. “Vendíamos empanadas en la iglesia, a los amigos, a quien las quisiera probar”, recuerda Alberto. Durante años, la falta de documentos, las limitaciones y la realidad del día a día hacían que el sueño siempre se viera lejos.

Hasta que finalmente, en diciembre de 2023, las puertas del restaurante se abrieron en Spring Lake, NC. Hoy, Abby’s Empanadas es un pequeño tesoro local: auténticas empanadas artesanales hechas en familia, servicio cálido y una clientela fiel que crece cada día. Alberto habla con orgullo del esfuerzo detrás de cada paso: “No es solo buena comida. Es servicio al cliente, es administración, es actitud. Es un proceso día a día. Y gracias a Dios, hemos sido bendecidos.”

El restaurante no es solo un negocio: es un legado. Su esposa Maria, chef principal, lidera los rellenos y las recetas. Sus hijos también participan: uno hace las masas, otros trabajan en el food truck, y todos entienden que están construyendo algo que un día quedará en sus manos. “Yo no voy a durar para siempre.. .. Esto es para ellos.” La familia trabaja seis días a la semana, desde temprano en la mañana hasta caer la tarde. Con sacrificio, trabajo duro y una fe inquebrantable, han levantado un negocio que nació del corazón y se sostiene con dedicación.

Hoy, Alberto sueña con expandirse, abrir más locales y seguir creciendo con prudencia, paso a paso. Sabe que la cooperativa seguirá siendo parte fundamental del camino. “La cooperativa confió en mí desde el principio, antes de que hubiera números que mostrar. Eso es lo que importa.” Él imagina un futuro donde LCCU pueda abrir productos para negocios y así apoyar aún más a los emprendedores hispanos que están impulsando la economía local.

La historia de Alberto Lagos y Abby’s Empanadas es un recordatorio del impacto real y profundo que la cooperativa puede tener en la vida de nuestros socios. Es una historia de agradecimiento, trabajo, sueños y oportunidades, y sobre todo, del poder transformador de una comunidad que se apoya entre sí.